Desde que empieces a leer esto, hasta que acabes de leerlo, algo en ti habrá cambiado.
Incluso si esto que está aquí escrito no te dice nada, algo en ti habrá cambiado, porque es imposible haber pasado por este mundo y no experimentar el cambio.
Casi en cualquier momento, ya sea con los ojos abiertos o con los ojos cerrados, el cambio es evidente, y en otras muchas ocasiones, doloroso. Se podría decir que experimentar el cambio es la experiencia en la que se fundamentan todas las demás.
Como este, sin duda, es el mundo de la transformación, como esta es la experiencia de la pérdida, como esta circunstancia abre ese vacío perpetuo al que llamamos futuro, por esto, para poder sostener lo que esta circunstancia implica, es tan necesaria la relación con lo trascendente.
Lo trascendente es el símbolo de lo que permanece en el inmenso y constante cambio. Lo que todo lo resiste. En dónde habita el siempre.
Lo trascendente es aquello que sabes que estaba antes de que tú llegaras y que estará después de que tú no estés.
A lo trascendente sólo se puede acceder a través de los símbolos, porque lo trascendente en sí mismo es inescrutable, misterioso, y sin embargo, es la estructura que permite que ayer, hoy y mañana sigas siendo tú.
Por eso lo trascendente, también es el símbolo de la pertenencia, porque refiere a esa pertenencia que no puede ser anulada, esta que está siempre por el hecho de estar aquí, y que, por supuesto se pone de manifiesto con las estructuras externas de la pertenencia.
Como ves, lo más misterioso de lo trascendente es que se aloja en lo más insignificante.
Lo duradero está contenido en lo pasajero.
Por eso todos los símbolos de lo trascendente, todas las estructuras de lo trascendente, refieren a ti como medio de que exista. Todo lo trascendente requiere de que tú, como conciencia infinita lo alojes.
Tú en este momento eres un símbolo de lo trascendente en plena transformación, tú eres lo que permite la existencia en el vacío, tú eres lo que le da sentido al movimiento.
Si has llegado conmigo hasta aquí leyendo esto, estas palabras efímeras, ya están en tu eternidad, ya tienen tu sentido.