Maestros

Que cierto tipo de sabiduría tenga más de ignorar que de saber se comprueba con niños cerca. La sabiduría de los niños no viene de lo que saben, sino de que lo ignoran casi todo, y lo ignoran con inocencia, o sea que son lo que son. Esta mezcla hace que sean capaces de hacer las preguntas más certeras. Sus preguntas, en general son tonterías, obviedades, o imposibles, pero que sean así, no significa que no sean muy acertadas. Y si son preguntas certeras como balas no es porque sean elaboradas, lo son porque ponen en evidencia la ilusión de saber del adulto. Es justamente una tontería, una obviedad o un imposible, lo que puede deshacer toda esta ficción compartida, que se basa en que nunca preguntarse de esta manera, porque de hacerlo, aparecería lo que se ignora. 

El niño nunca quiere deslumbrar con su pregunta, ni le importa parecer ignorante al hacerla, por eso es capaz de hacer esa pregunta, que como ninguna otra, puede destruir la ilusión de sabiduría. Eso sí, hay que dejarse ser destruido, que, por cierto, es algo doloroso que se suele evitar con arrogancia y soberbia.

Se podría decir que ahora, lo de querer ser «maestro» se ha convertido en una enfermedad común. Este enfermedad lleva a muchas personas a querer llegar a un lugar al que nadie puede llegar por sí mismo. No hay manera de ponerse en ese lugar, de la misma manera que no puedes saber la cantidad de higos que dará una higuera. Esto es algo que ocurre, y en los casos conocidos hasta ahora, es algo que ocurre muy a pesar de aquel al que le ocurre. Nunca existió un maestro que quisiera serlo. 

Para ser maestro hay que ser muy ignorante y muy inocente, tanto que ni siquiera sepa cómo ha llegado a serlo. Si sabes cómo ser maestro, no lo eres. Si quieres serlo, tampoco.

Una de las cosas que me admiro de los niños es que son capaces de mostrar lo que ignoran, sin que esto les cause ningún problema (aunque esto es algo que olvidan fácilmente al entrar en la lógica del mundo), y esto, mostrar lo que se ignora, es, para mí, la fuente de la creación artística. 

Quizás es por esto que se dice que los hijos son maestros, no sé.