Eres un error, uno inmenso que lleva toda una vida tratando de adecuarse, algo imposible, un error no puede encajar en la norma, por eso es un error.
Eres un error leyendo un texto erróneo, ninguno de los dos tiene sentido en la lógica de este mundo. Sin embargo, tanto tú como este texto estáis en este mundo, no hay vuelta atrás, estas palabras ya no pueden desaparecer, y poco a poco van sumándose más y más palabras erróneas a este texto erróneo, que tú sigues leyendo, ahondando en el error.
Si yo puedo afirmar que eres un error, sin miedo a equivocarme, es sencillamente porque el hecho de que existas abre la puerta más peligrosa que hay, la del sentido.
Antes de entrar en esto, quiero aclararte que no busco clasificarte, porque a un error, como el que tú representas, no hay manera de atraparlo. Te digo esto porque te reconozco, si no fueras un error ya te habrías ido a otro lugar, a uno conocido, pero tú sigues aquí conmigo, en estas líneas equivocadas.
Te digo que te reconozco porque yo también soy un error (uno de la misma magnitud que tú) de esto me di cuenta hace tiempo, y admito mi irresponsabilidad, porque en vez de tratar de subsanar este error que soy, he seguido profundizando en él todo lo que he podido. En vez de esto me podía haber quedado quieto, clasificado, pero algo no me deja estar quieto, algo sin lógica alguna en este mundo, como te ocurre a ti, que no puedes quedarte en eso que crees que eres, no puedes quedarte en la lógica de este mundo. No puedes quedarte ahí porque eres un error; eres una capacidad que no se puede suprimir; eres esa puerta que da acceso a transformar el significado. Esto es un error grave.
La posibilidad que representa tu existencia, es peligrosa en este mundo de la identificación, de la definición, que tiende al estancamiento, que pretende la quietud en el significado.
Se que lo entiendes como sólo un error puede comprender a otro error, aunque es posible que dudes y que no creas ser ese error del que te hablo, que creas que tu ser es parte de la normalidad de este mundo de la identidad, sin embargo, que me hayas acompañado hasta aquí, que hayas leído este texto erróneo, no deja lugar a dudas sobre tu poder.