Puede ser que en algunos ámbitos quieras tener presencia y en otro no, puede que algunas veces quieras aparecer y en otras desaparecer, sin embargo, más allá de todo esto tan artificial, ocurre, que naturalmente, hagas lo que hagas, queda algo, dejas una huella. No es posible lo contrario, no es posible estar en este mundo y no quedar en él. Pero no te confundas, no te hablo de la historia, de las piedras o de la memoria, ni de lo que aparenta ser importante, te hablo de lo que eres y de cómo eso, al ser, libremente, en su juego, en su movimiento, aporta algo a lo absoluto a través del mundo. Lo que eres en cada momento, en el mundo, se imprime, y aunque trates de controlarlo no haciendo, negándolo, eso también deja una impresión. El margen que tienes, respecto a eso que queda, de una o de otra manera, es el que se da entre permitirlo e impedirlo, y la diferencia, en este mundo, que es el mundo del tiempo, es la que hay entre una estela y una cicatriz.
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