A ti te cuento cosas que no le puedo contar a nadie más.
Es lo que bendigo de este canal, que me ha permitido ponerme en contacto con personas a las que les puedo contar cosas que habitualmente se quedaban en mis pensamientos, vagabundeando hasta morir de aburrimiento.
A ti te puedo mostrar la posibilidad de lo imposible, por ejemplo, lo que me parece que implica una confianza mutua muy cercana al amor.
En las últimas semanas me he visto abocado a experimentar la posibilidad de los imposible, porque, como ya sabes, lo normal es el movimiento. Nada existe que no se mueva a su manera, y lo que no se mueve, es movido, como le ocurre a lo sintético, que por muy lento que sea, sufre el movimiento del mundo.
Y así como ocurre con el movimiento, ocurre con el ruido. Así que lo más imposible en este mundo es la quietud y el silencio. Sólo en nuestra prodigiosa mente son posibles, no tanto como absoluto físico, sino como metáfora.
Porque tanto la quietud como el silencio son espacios simbólicos de la mente. Son espacios simbólicos que rutinariamente son llenados del movimiento y del ruido externo, y que, sin embargo, es fundamental conquistar, arrancándolos de la inercia cotidiana, y su conquista es creación.
Lo curioso de la quietud y el silencio es que si son obviados, como algo innecesario y «realmente» imposibles, como son una capacidad simbólica humana, como son un espacio arquetípico en nuestra mente, se acaban viviendo, de una u otra manera, como una violenta imposición.
Recrear estos espacios requiere de lo absurdo, o sea requieren de una ruptura de la lógica del mundo, como cualquier acto verdadero de creación, que es siempre una ruptura de la lógica de la inercia.
A ti te puedo contar que es necesario entrar en lo absurdo y crear el silencio y la quietud, crearlos míticamente en nuestra mente, y esto modifica la inercia dolorosa del mundo, y lo alimenta.
Hoy te hablo desde la resaca de un violento ataque de quietud y silencio, que vinieron a pedir gobierno de mi ruido y mi movimiento. Por eso, si esto que te cuento, no tiene sentido para ti, seguramente tenga que ver con que todavía estoy desenfocado.
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