Hace unos años tuve una época en la que necesité estar mucho tiempo solo. Tuve necesidad de vivir la crudeza del vacío más absoluto, por lo que buscaba ir a los lugares más solitarios que podía. Muchas veces vagueé sin rumbo por el campo, o subiendo una montaña, o me adentré irresponsablemente en bosques tupidos, sin saber por qué lo hacía, y a la vez sin poder dejar de hacerlo. En estos momentos me ocurrió algo que me acompaña desde entonces y que me sirve de recordatorio de lo que es verdaderamente importante para mí.
Lo que me ocurrió, es que cada vez que escuchaba cantar a los pájaros, me venía la frase «Canta tu canción».
Esta frase sonaba una y otra vez en mi cabeza, una y otra vez, y así, escuchando los distintos cantos, estuve mucho más tiempo del que es adecuado reconocer. Escuchando atontado el canto de los pájaros, es como más claramente he entendido, que necesariamente, no queda otra que cantar tu canción, que expresar lo que eres, y que todo, absolutamente todo, lo que ocurre en la vida, te está señalando, y posibilitando que lo hagas, te está poniendo en bandeja la posibilidad de expresar eso que sólamente tú puedes expresar, tu ser único, tu verdad.
Escuchando a los pájaros cantar, no me preguntes por qué porque no lo sé, esta idea se me hace clara, y la sensación de que ese canto me está diciendo «Tienes permiso para cantar tu canción» «Estás aquí» «Canta tu canción», hazlo porque vas a cantar lo quieras o no, y, o vas a cantar la canción de otros, o alguna canción que te niega, o que te separa, o que te evita, o que te esconde, así que no lo negocies, no lo intercambies, no lo traiciones, porque esto es lo único que tienes que hacer, cantar tu canción, y hacer esto va a iluminar todo lo demás, hazlo a tu manera, canta tu canción, humildemente, esta es la más pura y verdadera fuerza, tu voz, tu ser, canta lo que eres, no lo eludas, porque por más que lo intentes evitar lo vas a acabar haciendo, de eso no te quepa duda, aunque pierdas las vida cantando otras canciones, al final vas a cantar la tuya, pero no es lo mismo cantarla al final, ya sin tiempo, que cantarla ahora.
Canta tu canción, hazme ese regalo, por favor.