Alrededor de la aceptación se da un juego macabro que pretende anular la dualidad intrínseca de este mundo. No dudo que la aceptación sea una idea interesante, pero lo que se ha popularizado es una mierda de idea que no vale más que para esconderse detrás de una blanda y apestosa idea de pureza. La ley fundamental de este mundo es la dualidad, la polaridad, todo lo es, así que si aceptas algo estas no aceptando algo otro. La pretensión de que se puede aceptar todo es un engaño destructivo que además no sirve para nada, un verdadero maestro zen se liaría a garrotazos con el que dijera esto. Un ejemplo: Una amiga me contó que una vecina con la que se llevaba muy bien (quien sabe lo que significa esto) por la noche hacía ruido, ponía las tele alta, movía muebles y sobre todo ponía la música muy alta. Nos lo contaba en una reunión quejándose, y antes de que alguien le dijera el inevitable «díselo», ella dijo «es lo que toca, lo tengo que aceptar», tratando de ser espiritual y de ponerse por encima de sus necesidades. ¡Qué casualidad! Entre las dos opciones eligió aceptar la que mejor le venía a su identidad (la de llevarse super bien) qué putada tener que aceptar salir de la cama, humildemente, subir y llamar a la puerta de la vecina ruidosa y decirle que deje de hacer ruido, y quedar mal, según su identidad, acepta que es lo que te ha tocado ¿no? Acéptalo, no aceptamos una mierda, elegimos la opción más conveniente para quedar a salvo. Otra cosa es aplicar la actitud mágica de que el mundo es una manifestación nuestra, y entender por qué algo pasa, y cuál es el significado que tiene en nosotros, usar el mundo como símbolo. Si la aceptación fuera la verdadera enseñanza espiritual, los talleres de meditación, de conciencia, de aceptación se harían en discotecas de pueblo, con música de pachanga, comida del chino y vino peleón; venga, a aceptar. No es posible saltarse lo paradójico, lo contradictorio, todo lo es. Esto es una tortilla cósmica que no deja de dar vueltas, no hay pureza en esto, por mucho incienso que pongamos, siempre nos llegará el olor a mierda. #cancamusas
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